Así lo indicaba el Padre Luis Pérez, misionero javeriano natural de
Toledo, durante su charla “Sierra Leona después del ébola” que acogía la
parroquia de El Buen Pastor
El misionero
Luis Pérez estuvo acompañado del Obispo Auxiliar de Toledo, Mons. Ángel
Fernández Collado, y el Delegado Diocesano de Misiones, Jesús López Muñoz,
entre un numero público que acogió con cercanía las palabras del misionero.
No son héroes, son misioneros. Uno
de los lemas del DOMUND de las Obras Misionales Pontificias en España que
particularmente en el Padre Luis Pérez s.x. se hace patente. Luis Pérez es
misionero javeriano, nacido en Toledo y vinculado, desde niño, a la Parroquia de
“El Buen Pastor”, donde surgió y creció su vocación misionera. Su trabajo
siempre ha estado vinculado a África, con dos periodos muy intensos en Sierra
Leona, donde tuvo que vivir una guerra civil, en la que fuera secuestrado, y
posteriormente ha vivido el ébola, por eso es un testigo excepcional para
acercar el trabajo de los misioneros a la sociedad.
Por eso ha querido acercar a la
sociedad toledana, con una charla en la Parroquia de “El Buen Pastor”, cómo se
encuentra Sierra Leona después del ébola, además de compartir y dialogar sobre
cómo se encuentra la vocación misionera hoy día. Una charla en la que el Padre
Luis Pérez estuvo acompañado del Obispo Auxiliar de Toledo, Mons. Ángel
Fernández Collado, el Delegado Diocesano de Misiones, Jesús López Muñoz, además
de representantes de la ONG Misión América y la Asociación Entretejiendo,
agradeciendo la colaboración integral de la Parroquia, que con su párroco José
Talavera, que arropó y apoyó la actividad desde el primer momento.
Sobre las situaciones que le ha
tocado vivir en Sierra Leona, el Padre Luis Pérez afirmaba que “prácticamente
me tocó vivir allí toda la guerra y esta vez me ha tocado el ébola, pero
tampoco te lo tomas mal, sino que me toca ver cómo afrontarlo”, pero señalaba
que ante estas situaciones “claro que puedes irte pero la coherencia de vida te
hacer estar ahí, con qué cara voy a irme del país y voy a volver, incluso
cuando hagas poco”.
El misionero toledano también
indicaba que la presencia, el acompañar, el visitar a los enfermos, “siempre ha
ayudado y lo agradecían muchísimo y rezaban por nosotros”. Sin duda “tenemos
que estar a las duras y a las maduras, porque fui secuestrado, teníamos el
convencimiento de que perderíamos la vida, pero sin embargo el testimonio de la
presencia de los misioneros te da un respeto ante la gente que luego sigue”.
Ciertamente “nuestra presencia, la
de los misioneros, es importante, porque la misión, con la variedad de
circunstancias que existen, es sobre todo coherencia y compartir, solidaridad y
presencia, porque la gente entiende perfectamente quién es el misionero”.
Sobre la situación actual después
del ébola, señala que “del ébola ya no se habla, está controlado, y se ha
pasado página, por lo que creo que sí está controlado de verdad, aunque se han
quedado protocolos, porque el problema del ébola ha sido un problema de
ignorancia, pero no solo de Sierra Leona, sino un problema de ignorancia
mundial”. Luis Pérez indicaba que “el primer mes del ébola para nosotros fue
muy duro, incluso más que la guerra, porque en la guerra se oían los disparos y
los cañonazos, por lo que podías moverte de un sitio a otro, pero en el ébola
no sabíamos dónde estaba, ni cómo se transmitía, ni cómo venía…”, situación que
les provocaba “algo de desazón, aunque no de miedo, porque de un día a otro
podías estar muerto”.
El primer problema del ébola era el
“aislamiento, porque en la República Democrática del Congo sabemos que existía
ébola desde hace treinta años, casi todos los años, pero ellos ya sabían que
tenían que aislar, que tenían que aislar una aldea, aunque no sabíamos ni
cuántos quedarían en la aldea ni cuántos morirían, mientras en Sierra Leona
tardó mucho el aislamiento, la ayuda, que si hubiera llegado seis meses antes
se hubieran evitado muchas de las consecuencias”.
En Sierra Leona, actualmente, “la
mayoría de las personas sobreviven por una economía de supervivencia, este
comercio de pequeño mercadillo, que desde la mañana se dedican a vender y con
lo que han ganado compran algo por la tarde, para cocinar la comida del día y
así hasta el otro día, pero al menos comen una vez al día”. Los misioneros en
Sierra Leona entendemos que por ello debe existir una “caridad inversión
constructiva, que genere movimiento, que genere cambios”.
Luis Pérez afirma que sobre la
imagen que en ocasiones se ofrece desde África “todo son patrañas, porque
trabajan mucho, horas en la huerta, horas trabajando para poder comer una
miseria”, pero “la situación no es culpa de ellos, sino del sistema”. De la
experiencia que tuvo con los niños soldados, destaca que “hoy muchos de ellos
son un gran número de albañiles, mecánicos, sastres, que tienen su negocio, que
gracias al programa de los javerianos se encontraron la primera formación y los
primeros medios, porque se dio continuidad”.
“La misión sigue siendo necesaria,
porque en definitiva tenemos que proclamar el Evangelio, acompañar en el
trabajo pastoral, compartir la fe…”, además destacaba que “la misión puede
asemejarse con un camaleón porque tenemos que adaptarnos a cada consecuencia, a
cada situación, a cada persona”.
De la globalización ha indicado cómo
“en el mundo global todo repercute en todo, saber que gran parte de lo que
ocurre en África está en las decisiones que se toman aquí, en las injusticias
del comercio, en los aranceles,…” y en referencia a la inmigración “yo no hago
una reflexión científica, pero solamente uno que haya estado en África un mes y
haya mirado y observado, no se preguntará por la existencia de la inmigración,
sino que comprenderá su existencia, muchos de ellos me dicen Padre si mueren el
30% en el camino, quién no dice que sea uno de los que sí lleguen y se lanzan
para intentar llegar a Europa”.
Finalmente el Padre Luis Pérez
agradecía la cercanía de la Archidiócesis de Toledo y la preocupación que
mostró durante el ébola y en la actualidad, sabiendo que desde la Delegación
Diocesana de Misiones y la Dirección Diocesana de Misiones “cuento con la
cercanía y la oración de todos vosotros”.
Por su parte, Mons. Ángel Fernández
Collado, Obispo Auxiliar de Toledo, como conclusión del acto, tuvo palabras de
gratitud y reconocimiento hacia el Padre Luis Pérez y hacia todos los
misioneros de la Archidiócesis de Toledo y de España, “porque en su vocación
misionera están desgastando y entregando su vida en otros países, desde el
Evangelio, haciendo presente constantemente la Palabra de Dios y la ayuda más
cercana a quien está demandando que podamos compartir nuestra fe y nuestra
vida”. En ese sentido enfatizó “verdaderamente son testimonio de Cristo junto a
todos los hermanos en la fe”.
En Misiones Toledo www.misionestoledo.org se puede
encontrar más información para colaborar y apoyar algunos de los proyectos del
Padre Luis Pérez s.x., que desarrolla con los misioneros javerianos y en
colaboración con la Asociación Entretejiendo.