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martes, 11 de noviembre de 2014

Los hermanos del Padre Luis Pérez s.x., sobre el ébola: “¡ojalá sirva para concienciarnos de lo que de verdad está ocurriendo allí!”

Luis Pérez en su primer período en Siera Leona

Desde que “saltara” a los medios de comunicación el “ébola”, como una “novedad estival” que hacía atravesar el corazón y la mentalidad de muchos ciudadanos situados cómodamente en la “globalización de la indiferencia”, son muchas las ocasiones en las que la Delegación Diocesana de Misiones de Toledo ha estado en contacto con el Padre Luis Pérez s.x., misionero javeriano natural de Toledo, al igual que con sus hermanos, que desde Toledo seguían las noticias que acontecían y siguen aconteciendo en el corazón de Sierra Leona.

“Frente a la globalización de la indiferencia, globalización de la solidaridad”, afirmaba recientemente el Papa Francisco, enfatizando que debemos responder “con una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que entre los bautizados deberá resplandecer de forma aún más nítida”. Precisamente esta respuesta es la que ofrecen los Hermanos Pérez Hernández: Padre Luis Pérez (el mayor de los hermanos), Jesús y María del Carmen. Tres hermanos que unen su voz para hacer un llamamiento a la solidaridad y a la fraternidad gritando que “¡ojalá sirva para concienciarnos de lo que de verdad está ocurriendo allí!”.


Ese allí en la familia Pérez Hernández tiene tres nombres concretos. Uno es África, que para nosotros no es nombre de un país sino de todo un continente, diverso, plural, real… Hacer alusión a que es un continente no es una afirmación gratuita, porque en ocasiones, motivado por esa indiferencia, solemos tratar a África como un “simple país” del que nos llegan noticias puntuales. El otro nombre es Sierra Leona, lugar en el que realiza su acción misionera el tercero de los nombres, Luis Pérez s.x., tres nombres (África – Sierra Leona – Luis Pérez) que centran las palabras que hoy acercamos a la ventana de la página web de Misiones Toledo.

“A las duras y a las maduras…”, dice el Padre Luis Pérez, “al que le tocan las maduras, muy bien, y al que le tocan las duras… pues también bien”. De esta manera habla el sacerdote misionero javeriano en el libro “Cuando todos se van, ellos se quedan. Misioneros en zonas de conflicto” (Editorial Encuentro). “A las duras y a las maduras…”, también en este punto encontramos a los familiares del Padre Luis Pérez, que en los medios de comunicación, y en llamadas semanales, mantienen el contacto con él. María del Carmen Pérez, con la que la comunicación desde la Delegación de Misiones de Toledo es muy habitual, sigue con atención cada noticia, cada titular, cada novedad de Sierra Leona, y ante la última carta que el misionero toledano ha publicado en ABC Toledo afirmaba “los niños que se quedan solos, ¡qué pensarán ellos de todo lo que están pasando!”.


Un realismo que en todo momento encontramos en el diálogo con Jesús y María del Carmen, que poseen la sensación, gracias a los medios de comunicación, de estar más cerca de Luis, pero afirman que “lo cierto es que con sus palabras nos muestra claramente lo dura y triste que tiene que ser la vida allí en estos momentos”. Pero además, ellos, los hermanos del misionero, también poseen el testimonio más cercano, contando vivencias que en ocasiones no tienen lugar en el constante fluir de las noticias, como, nos dice Maria del Carmen, cuando Luis les contaba “que estaban aislados en su casa un chico de 16 años y su madre” y por causa del ébola falleció la madre. Luis, comparten, “estaba muy mal por no haber podido consolar a ese chico, por no haber podido abrazarlo, también por no haberle dado la extremaunción a su madre”, aunque oraciones por ella no han faltado. Es una sensación difícil, transmite la hermana del Padre Luis Pérez, “esto así todos los días, con muchos parroquianos y amigos, el no poder acercarse a ellos, consolarlos, abrazarlos le está produciendo mucho sufrimiento”.

“La realidad es más importante que la idea”, señala el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, destacando que “es peligroso vivir en el reino de la sola palabra, de la imagen, del sofisma. De ahí que haya que postular un tercer principio: la realidad es superior a la idea”. Una afirmación que también nos trasladan los hermanos del Padre Luis Pérez, “la realidad es que las cosas no son como uno quisiera y ahora otra vez le toca vivir con mucho alrededor a su alrededor y él compartiendo con ellos su sufrimiento es como vive su vocación misionera”, a la vez que aseveran que “nosotros seguiremos rezando para que se muevan las conciencias de los poderosos y los gobernantes para que este mundo pueda ser algún día más justo y la miseria no se cebe siempre con los mismos”.

Frente a esta realidad, ¿cómo lo viven los hermanos de Luis? Jesús y María del Carmen contestan sinceramente, “todos estamos preocupados desde que empezó esta epidemia que está matando a tanta gente y a tantas personas conocidas y amigas de Luis”, añadiendo que “Luis nos dice que nos preocupemos por él solo “lo oportuno” y eso hacemos”. Además, destacan una multitud y contrariedad, aparentemente, de sentimientos. “Durante estos meses – siguen compartiendo Jesús y María del Carmen – hemos compartido muchos sentimientos: una alegría inmensa por su vuelta a Sierra Leona, sus primeros días allí fueron para él como volver vivir, porque era una vuelta tan deseada, estaba feliz” pero “con la epidemia apareció el miedo a lo desconocido y nuestra preocupación por su salud”.



Unión, es también una palabra clave en estos momentos “lo hemos vivido muy unidos”, señalan tanto Jesús como María del Carmen, “relativizando y dándole la justa importancia, porque la esperanza no la vamos a perder nunca y Luis nos ayuda a llevar todo esto de forma natural”. Tal es la unión que ante la afirmación de Luis de que “si llegara a infectarse quiere quedar en su casa y seguir compartiendo con su gente, con sus amigos, con su parroquia”, ellos, sus hermanos, lo han aceptado y “compartimos con él su decisión, como no podía ser de otra manera”, porque “Luis está donde siempre ha querido estar, con su otra familia y por eso nosotros estamos muy felices y preocupados “lo oportuno”, como él nos dice”.

Denuncia y esperanza también transmiten los hermanos del misionero javeriano, natural de Toledo, “estamos preocupados, por supuesto, pero esperanzados de que las cosas van a cambiar pronto”, a la vez que hacen una denuncia para que cambie la “solidaridad entre los pueblos, no de las personas, muchas personas grandes de corazón, que dan su donativo y contribuyen en la medida que pueden”, pero sí de las instituciones internacionales, porque “la gente sigue muriendo en las calles o en su casa, aumenta el posible contagio y las organizaciones internacionales en ocasiones hacen poco y despacio”, por ello estos hermanos hacen un llamamiento para que se siga trabajando entre todos para que no haya pobreza o exclusión.

Finalmente, los hermanos del Padre Luis Pérez, Jesús y María del Carmen, han querido transmitir su gratitud, a los medios de comunicación y también “a la Delegación de Misiones de Toledo y muy especialmente a Jesús López Muñoz y a Fernando Redondo, por el cariño y el apoyo que le han dado siempre a Luis y sobretodo en estos momentos de dolor y sufrimiento que Luis está compartiendo con el pueblo de Sierra Leona”. Allí, en Sierra Leona, permanece el Padre Luis Pérez, y nos vuelve a decir en su testimonio – incluido en el libro “Cuando todos se van, ellos se quedan” – que “nosotros, los misioneros estamos allí por Jesucristo, y por los hermanos, por una llamada muy personal. El misionero se queda y, a veces, como al padre Jerónimo, lo hieren; o como a estas tres hermanas misioneras de la Caridad, las matan. Vuelvo a lo que te decía: estar a las duras y a las maduras. Porque “el siervo no es más que su Maestro” ni más que la gente con la que trabaja o convive, ¿no te parece?”.