Esta es una carta escrita a los
chicos y chicas entre los 7 y 14/15 años. La escribe el Obispo porque está
preocupado. ¿Por qué? Porque muchos de vosotros estáis dormidos y aburridos, a
pesar de que tenéis juguetes y juegos por todas partes.
“¿Cómo lo sabes?”. Porque lo veo. Os lo explico con más detalles.
Resulta que nosotros, los cristianos, tenemos la noticia más bonita del mundo y
no la damos a conocer, nos la guardamos. ¿Para qué complicarnos la vida?, dirá
un comodón. Pero es que no hay noticia más bonita que saber que Dios nos
quiere. A todos. ¿A todos? Sí, a todos. Pero muchos, incluso los chicos y
chicas que están bautizados, no lo saben o no lo aprecian, no la dan
importancia, ni ellos ni sus papás que quisieron bautizarles cuando eran muy
pequeños.
¿Hemos estado en Belén estas
Navidades? ¿En Belén? Sí, allí donde nació Jesús. Y no me digáis que no habéis
estado, que no tenéis dinero para ir en Navidad a donde nació Jesús y que os
habéis quedado en casa. No es verdad. A Belén se puede ir de muchos modos: uno
de ellos es habiendo celebrado la Misa de Nochebuena, o la de Navidad, o la del
1 de enero, o la Misa el día 6, de la Epifanía y los Reyes Magos. ¿O es que
solo habéis estado preocupados de juegos y de ir a la Cabalgata de Reyes, para
después, ver los regalos? También se puede ir a Belén y encontrarse con Jesús
nacido cuando os habéis preocupado de los más pobres y los que necesitan de lo que a vosotros os sobra o tenéis suficiente.
De todas formas, no importa.
Podemos ir a Belén con Jesús en la fiesta de la Infancia Misionera. Pero sólo
se puede llegar a esta Jornada, si quieres llevar esta Buena Noticia: Dios nos
ama y esto es lo que Jesús nos ha enseñado. Tienes que descubrir la belleza de
un Dios que es capaz de hacer suya la fragilidad de ser niño, de comenzar la
historia de ser niño que, con el tiempo, ha ido creciendo, aprendiendo con Él a
hacer presente ese amor de Dios Padre.
Pero la Infancia Misionera nos
está recordando también la urgencia de ser misioneros, de anunciar a los niños
del mundo que Jesús ha venido a estar con todos, no sólo con los de España o
los de Toledo. Así llevamos la alegría de ser hijos de Dios a los demás niños.
También aquí hay niños que no conocen a Jesús. ¿Os atrevéis a tomaros en serio
esta urgencia de ser misioneros? ¿Seréis capaces de estar atentos a las
necesidades de los niños que todavía no se saben amados por Jesús? ¿Ayudaréis a
los misioneros con vuestro dinero y con la oración por ellos y su misión?
Fijaos las posibilidades que tenéis, incluso sin salir de la Diócesis de
Toledo, viváis donde viváis.
Por fin, y así acabo, me gustaría
que me ayudarais a mí y a los mayores, a preparar en este año el mes misionero
en octubre. ¿De qué se trata? Pues de una llamada del Papa Francisco para ese
mes de octubre, pero que hay que preparar lógicamente antes. Para vosotros ese
mes se llamaría, por ejemplo, “Con Jesús Niño a la misión”. Quiere decir que
también para vosotros, los chicos y chicas, no es bueno desentenderse de la
Misión y de los misioneros que están lejos. Como también hace falta que jóvenes
y matrimonios sientan que, en su vocación de ser cristianos, no olviden que
deben ser misioneros. Y aprenderlo vosotros desde niños, para cambiar el
ambiente de “pasar de las misiones”. Para eso, es necesario que os despertéis,
y no seáis aburridos. ¿Otra vez el aburrimiento? Pues sí, porque es muy
importante que vosotros seáis tipos contentos y alegres, pero sin caer en estar
todo el día pensando en lo que tienes y puedes tener, en comprar esto o
aquello, sin dedicar nada de tiempo a los demás. Por ejemplo, a rezar y a leer
cosas de las misiones. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Todo menos estar
aburridos, como si ser cristianos no fuera una alegría. ¿Vale? Gracias.
XBraulio Rodríguez Plaza
Arzobispo
de Toledo, Primado de España